Perfil Político


José Adán Altúzar Figueroa/Chiapas Digital


Licenciado, ya no es negocio trabajar en gobierno…
La resistencia al cambio se da de manera natural entre los seres humanos, es comprensible que exista una natural resistencia, así somos los seres humanos. Esta posición se degrada cuando se convierte en terquedad, en estar a favor de nada y en contra de todo.

La expresión que encabeza este artículo, representa algo más que un comentario chusco, propio del lenguaje que nos caracteriza como chiapanecos…es efectivamente en esencia la realidad que el nuevo gobierno que encabeza en el ámbito federal el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y en Chiapas como Gobernador, Rutilio Escandón Cadenas, el primero por convicción natural, el segundo por realidad o por ajuste de tiempo, porque no hay de otra, o porque el momento político exige una nueva cultura política, que lleve a retomar la credibilidad en las instituciones.


El ya no es negocio implica, limpiar de todo vestigio de componendas al amparo del poder, moches, diezmos, acuerdos fuera de oficinas, en bares, restaurantes, casas alternas, y un largo etcétera que como práctica común se realizaba hasta extremos vergonzosos, hasta para quienes lo realizaban.

Ya no es negocio trabajar en gobierno implica también, que no es atractivo por los sueldos que ya no tiene compensaciones vía nominas extraordinarias, confidenciales u otras prácticas que permitían hacerse de ingresos injustificados, que solo beneficiaban a los amigos de los amigos, a partir de Secretarios, Subsecretarios, Coordinadores generales, Directores generales, Directores, Jefes de Departamento y familiares y amigos del Gobernador en turno y uno que otro Secretario de todas las confianzas del Gobernador o recomendado del Gobierno Federal.

 


Lo anterior establece que verdaderamente ahora trabajar en gobierno ya no es rentable, ahora si se toma en cuenta la importancia que tiene no lucrar con los recursos públicos, que como tales, no son propiedad de quienes lo administran, son servidores públicos, que pomposamente les llaman funcionarios, cuando debería honrar el papel de servir profesionalmente, anteponiendo la ética asumiendo una actitud responsable, sin vicios y ejerciendo sin más preámbulos la noble vocación de servicio honesto, transparente dedicado a cumplir con la encomienda como única función, sin intereses personales o de grupo y sin utilizar los cargos para fines políticos, que solo distraen al servicio público haciendo uso indebido de la función y de los recursos destinados para su labor de servidor público. Si se aspira a otros cargos, legítimos de aspirar, es necesario dejar la tarea a otro para dedicarse a proyectar sus aspiraciones…


Todo ciudadano ajeno al servicio público celebrará que el gobierno ejerza su trabajo de manera honesta y transparente. El combate frontal a la corrupción, resultará que el servidor público sea reconocido con honores, como sucede en los países donde ser empleado del gobierno representa ser una autoridad reconocida y bastante respetada. En hora buena, ese es el cambio, ese es el presente y futuro que millones de mexicanos esperamos y que ser trabajador del gobierno sea digno, sin esperar decir…Licenciado, ya no es negocio trabajar en gobierno…

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