El Chiapas que hereda el nuevo gobierno

Gustavo Trujillo/Chiapas Digital
La contribución de Chiapas al PIB Nacional, confirma lo que los Chiapanecos ya percibíamos desde hace dos años, ¡EL ESTADO VIVE EN RECESIÓN!, la caída del casi 1% en la actividad económica del año 2018, la economía retrocedió también por el lado de la oferta y la demanda, la inversión privada en los últimos dos años ha sido prácticamente inexistente, el consumo familiar sigue cayendo, el flujo migratorio se ha incrementado, el crecimiento poblacional es el más alto del país y los pronósticos apuntan que en 2050 seremos más de 10 millones de Chiapanecos, nuestro ingreso per cápita es el más bajo de la república, nuestro nivel educativo ocupa el último lugar de la nación, a pesar de que los programas educativos federales y estatales buscan afanosamente maquillar el rostro de la ignorancia con estadísticas que aseguran que hay un porcentaje más alto de Chiapanecos con licenciaturas, maestrías y doctorados, pero si hay rigor en el análisis y en la evaluación, todos estos niveles educativos no son suficientes, ni siquiera, para asegurar que saben leer y escribir correctamente, y lo más grave, todas las universidades públicas y las instituciones gubernamentales aceptan estos posgrados como válidos para ocupar puestos, cubrir perfiles y para promociones y ascensos. Este panorama sin duda alguna es desolador, tiene orígenes culpables y remedios.
Uno de los factores que puede explicar esta recesión es el recorte de personal que el gobierno estatal hizo de la nómina chiapaneca, para canalizar el dinero a los procesos electorales, también ha contribuido el retraso y falta de pago a muchos proveedores, otro factor a considerar es la innegable corrupción y la red de complicidades que se tejen alrededor de ella, y finalmente como consecuencia de todo lo anterior la desconfianza que permea en todos los sectores de la economía del Estado.
En una entidad como Chiapas en donde el empleador número uno, con el 92% de la planta laboral es el gobierno estatal en todos sus niveles, y de cada peso que se gasta en el estado, la federación aporta .94 centavos y los chiapanecos generamos .06 centavos. Estas cifras tienen que revertirse, estimulando la inversión privada, financiar proyectos para estimular a jóvenes emprendedores, los recursos deben provenir del adelgazamiento del estado y de la disminución del gasto público.
Por el lado de las universidades públicas, estas tienen déficits multimillonarios, entre otras razones porque tienen exceso de personal administrativo y académico, algunos rectores que no tienen el perfil para serlo, son políticos sin vínculos académicos, utilizan a las universidades como agencias de empleo para acomodar a sus familiares y amigos, dándoles plantas de por vida y con sindicatos desmedidos en sus ambiciones y abusivos en sus prestaciones.
Las perspectivas, sin embargo son alentadoras, el plan de desarrollo del presidente Andrés Manuel López Obrador, contempla a Chiapas como un polo de desarrollo que incluye varios objetivos, entre estos: retener los altos índices de migración con empleos bien remunerados que permitan una relación con Estados Unidos más armoniosa y de cooperación más amplia, convertir a Chiapas en un destino turístico muy atractivo, proveerlo de la infraestructura suficiente y necesaria para este propósito, como (Tren Maya), por otro lado la creación de proyectos productivos con financiamiento sin costo y revolvente para incorporar a los más pobres y sin ingresos a cadenas productivas, y mediante esta vía ir eliminando gradualmente los programas asistenciales.
¡Que así sea!